Desde Fisioterapia de la Serna, queremos hablar de un problema, que por desgracia muchos corredores conocéis, sobre todo los que habéis largas distancias, es EL SÍNDROME DEL CORREDOR O SÍNDROME DE LA CINTILLA ILIOTIBIAL.
Por ello, lo primero y principal, sería dejar claro qué es la cintilla iliotibial, ya que la afección es una tendinitis de la banda o cintilla iliotibial y acompañada o no de bursitis. Esta cintilla, es la inserción en la rodilla del Músculo Tensor de la Fascia Lata. Este músculo va desde la espina iliaca anterosuperior, al cóndilo lateral de la tibia (al Tubérculo de Gerdy exactamente). Como función principal tiene la de estabilizar a la rodilla en su cara externa y abducción (separación) de la cadera.
La inflamación, se produce de forma progresiva, impidiendo poco a poco la carrera, limitando su tiempo, haciendo cada vez más corto el tiempo de carrera. El dolor aumenta en las pendientes y a ritmo lento, al aumentar este tipo de marcha o terreno, el contacto de la cintilla con el epicóndilo de la tibia.
Como factores desfavorables, tenemos causas biomecánicas que hacen a la persona más susceptible de padecer este problema, al aumentar el contacto de la cintilla con el epicóndilo. Entre ellos destacamos:
– Una cintilla iliotibial más estrecha o ancha de lo normal puede hacer que seas más susceptible a esta lesión.
– Tener unos músculos abductores de la cadera, concretamente el glúteo medio débiles o no suficientemente fuerte, favorecerá una sobrecarga de la fascia lata.
– La pronación excesiva o problemas biomecánicos del pie (tendencia al pie plano) pueden aumentar el riesgo de esta lesión. No dejar de valorarlo por un podólogo especialista.
– Una dismetría también lo favorece.
– Uso de calzado inadecuado para el deporte.
– No hacer los estiramientos de forma correcta.
A la hora de diagnosticarlo, se hace mediante una sencilla explotación en la camilla, localizando el epicóndilo lateral y haciendo una palpación y viendo si es doloroso o no. Para completar el diagnóstico, podemos añadir pruebas musculares y radiografías, ecografia o resonancia magnética.
Como principales síntomas, tenemos:
– Dolor en la parte externa, epicóndilo lateral del fémur.
– Dolor que empeora con la carrera y desaparece con el descanso.
– Aumenta con las cuestas abajo, al aumentar el trabajo de la fascia lata.
Finalmente, teniendo las causas, factores desencadenantes y el diagnóstico, nos queda el tratamiento. Para ellos tenemos:
– Cese temporal de la actividad, mejora de la técnica y suspensión de la actividad si no mejora con el cese temporal y cambiar de deporte. Como muchas veces comentamos, es mejor cambiar de actividad, que parar de hacer ejercicio del todo.
– Frío (crioterapia): reduce el dolor y la inflamación de la zona. Sigue leyendo