Desde Fisioterapia de la Serna, queremos hablar de un tema muy importante y que cuando nos toca padecer, ya sea en un pie o la cabeza, interfiere de manera importante en nuestra vida. Hablamos del DOLOR. Y creemos que es fundamental entender unos conceptos básicos, para que sea más fácil entender «nuestro dolor», cuando nos toca vivirlo.

Un defecto que se comete a veces por parte de algunos sanitarios, es infravalorar o juzgar el dolor del paciente. Y el dolor es subjetivo, cada uno tiene su umbral y lo vive de una manera. Por eso NUNCA debemos infravalorar ningún dolor.

Lo primero, sería definir que es el dolor. Según International Association for the Study of Pain, podemos definir el dolor como:

«El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño de los tejidos real o potencial.»

Ya sea crónico o agudo, por traumatismo o por enfermedad, es una muestra de que algo está pasando en nuestro cuerpo y que los sanitarios debemos saber interpretar y localizar, por la información que nos da el paciente, y por las pruebas diagnósticas que tenemos a nuestro alcance.

Ya que es una de las principales causas por las que se acude a urgencias o al médico, en España se estima que 6 millones de individuos adultos sufren dolor, es decir, el 17,25% de la población adulta. No podemos hablar, los aspectos psicológicos de la enfermedad o proceso doloroso, que causa en el paciente.

¿Cómo funciona el dolor?

En todo nuestro cuerpo (piel, músculos, articulaciones, etc.) existen receptores del dolor. Estos receptores captan los estímulos dolorosos , los transforman en impulsos eléctricos, que viajan a través de los nervios hasta el Sistema Nervioso Central (donde nuestro cerebro lo interpreta, reacciona y responde) y periférico, sistema nervioso autónomo y sistema endocrino.

La Teoría de la Puerta de Control, la percepción del dolor no es directa, sino que existe una modulación del mensaje a nivel de la médula espinal. Para poder sentir el dolor es necesario que el cerebro reciba el mensaje. Esto implica que para experimentar dolor es necesaria la llegada de esta información, pero antes de llegar a su destino, existe una puerta de entrada que, según si se abre o cierra, el dolor se siente o no. La puerta de control depende de los factores físicos, emocionales y cognitivos.

¿Qué tipos de dolor tenemos?

    1. Por duración:
      • Agudo, es un aviso de un dolor real o inminente, de corta duración y con un escaso componente psicológico, ya que no da tiempo a pensar en el. Un ejemplo es el dolor que surge tras una contusión o una fractura musculoesquelética.
      • Dolor crónico, tiene una duración de más de seis meses. Unido a un componente psicológico, por ser una experiencia desagradable de por sí, y ser un recordatorio constante de que se tiene un problema de salud. Es, por ejemplo, el dolor que sufren los pacientes con cáncer.
    2. Por la fuente del dolor
      • Dolor físico, El dolor físico es una sensación dolorosa que realmente existe en alguna parte del cuerpo. Puede ser consecuencia de un ligero golpe o un traumatismo de gravedad (por ejemplo, de una rotura), de una mala postura o por una enfermedad. Algunos ejemplos son: el dolor de espalda o el dolor de muelas.
      • Dolor emocional, El dolor emocional es una experiencia subjetiva en la que la persona tiene una herida que nadie ve. Las causas pueden ser diferentes: una ruptura de pareja, un cambio de ciudad, el despido de un trabajo, tiene su origen en una no aceptación de la nueva realidad y/o no saber afrontar la nueva situación.
      • Dolor psicológico, El dolor psicológico puede parecer lo mismo que el dolor emocional, pero se conoce como somatización del dolor, que tiene su origen en un estado emocional (estrés, ansiedad, tristeza, etc.) y se refleja a nivel a nivel físico o en forma de enfermedad.
    3. Según la patogenia (origen).
      • Neuropático, es un dolor punzante, quemante y suele caracterizarse por la sensación de aumento del dolor producido justo después de la lesión. Su causa es un estímulo directo en el SNC o una lesión en las vías nerviosas.
      • Nociceptivo, Es el más común. Es una acción protectora para evitar daños mayores y proceder a la reparación del tejido y a su regeneración. Existen de dos tipos: somático y visceral.
      • Psicógeno, A diferencia de los dos anteriores, su causa no es la estimulación nociceptiva, ni la alteración neuronal, sino que su causa es psicológica. Algunas variables psíquicas que influyen en este dolor son ciertas creencias, miedos, memorias o emociones. Es un dolor real y, por tanto, requiere tratamiento psiquiátrico de la causa.
    4. Según la localización
      • Somático, por la excitación anormal de nociceptores somáticos en la piel, músculos, articulaciones, ligamentos o huesos. El tratamiento debe incluye la administración de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
      • Visceral, por la excitación anormal de nociceptores viscerales, y puede afectar zonas alejadas al lugar donde se originó. Los cólicos, el dolor de la metástasis hepáticas y cáncer pancreático son ejemplos de este tipo de dolor. Para su tratamiento se emplean opioides.
    5. Según la intensidad
      • Leve, Es el dolor menos intenso, permite realizar actividades cotidianas. Suele desaparecer de forma rápida.
      • Moderado, con cierta intensidad que interfiere con las actividades cotidianas, pero no incapacita y por lo general se puede seguir una vida autónoma en mayor o menor medida. Requiere de tratamiento con opioides menores.
      • Severo, el dolor más intenso. Interfiere con las actividades cotidianas y con el descanso. Su tratamiento requiere opioides mayores e incapacita tanto a la persona que la hace depender de terceros, ya sean amigos, familiares o cuidadores.

Aunque es un resumen por encima, sin adentrarse demasiado en el mundo de dolor, esperamos que os haya ayudado a entender como funciona el dolor e identificar vuestro dolor. Esperamos vuestros comentarios.

Desde Fisioterapia de la Serna, esperamos que os sean de utilidad. Para más información, contacta con nosotros en fisioterapiadelaserna@gmail.com.

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